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Oscar Corona Barahona: Una vida dedicada a la docencia

Don Oscar Corona Barahona nació en la ciudad de Antofagasta en 1908. Cursó sus estudios de maestro en Santiago, hasta 1929, en la escuela normal “José Abelardo Núñez”, y al año siguiente inició su labor educativa en la escuela primaria Nº 6 de Iquique, donde permaneció por espacio de tres años.

Luego se trasladó a La Cruz, en 1933, donde cumplió funciones durante cinco años, para retornar nuevamente a Antofagasta en 1940, como profesor de la escuela de Minas de esa ciudad.

Finalmente, en 1946 se viene a la zona central para ejercer funciones como profesor en la entonces Escuela de Artesanos de la ciudad de La Calera, donde destacó como profesor de Ciencias Sociales, por su responsabilidad, amor a la profesión, vocación de servicio y entrega.

En 1976, ocupando el cargo de Inspector General, su dedicación al trabajo ameritó que fuera designado Director Subrogante del establecimiento. Hombre emprendedor por naturaleza, llegaba todos los días a las siete de la mañana al liceo y era el último en irse, siempre buscando qué hacer. Como no tuvo hijos, todo su amor lo volcó en los alumnos, ellos eran sus hijos, y les brindaba una especial dedicación.

El “Papi Corona”, como le decían sus alumnos, fue hombre de labor fecunda, destacándose sus acciones como la de ser Fundador del Liceo Vespertino Mixto de La Calera, el cual se transformó en el actual Liceo Pedro de Valdivia de La Calera, meta tras la cual luchó por mucho tiempo.

Siendo un gran entusiasta de los deportes, contribuyó como fundador, a crear la Asociación de Básquetbol de La Calera, de la cual fue su primer presidente por varios años, y a organizar las olimpiadas industriales que se desarrollaron en Illapel, La Calera y San Felipe. También fue el creador del himno del liceo Industrial que muchas generaciones cantaron con orgullo, y, como la escuela tenia internado y los alumnos debían permanecer medio tiempo en el Liceo, ideó actividades que los mantuvieran ocupados y que fueran interesantes y entretenidas, formando el Circo Industrial para canalizar las aptitudes artísticas de los alumnos.

Este gran educador también se destacó por sus rasgos personales. Hombre íntegro, serio, amante del orden y de la disciplina, honesto a carta cabal, sobresalía por su rectitud; severo y justo en el castigo, creativo, esforzado, luchador, nunca se rendía ante los obstáculos que se le presentaban; en síntesis, un gran emprendedor, muy humano, compartía con los alumnos como un verdadero padre, los ayudaba a todos, incluso con dinero de su propio bolsillo para costear los pasajes o comprar útiles escolares. Este noble rasgo le valió su apodo de ” PAPI CORONA”.

En 1975, con 45 años de servicio, jubiló este destacado educador que dedicó toda la vida a su gran pasión, la educación y los deportes. Murió el 01 de agosto de 1981, a los 73 años de edad, dejando un hermoso ejemplo de su fecunda labor a los actuales maestros del liceo.